Ya en la adolescencia, comenzó a formarse en dibujo académico con el escultor Mauro Álvarez Fernández y, unos meses antes de iniciar la licenciatura de Bellas Artes en Sevilla, se trasladó a Madrid para perfeccionar sus conocimientos de dibujo y pintura de manera intensiva en la Academia Peña. Durante los veranos de los dos primeros años de carrera, Mauro Álvarez Fernández la instruyó en la técnica del modelado con barro y Luis Repiso hizo lo propio con la pintura de bodegones, mientras que en el periodo estival de los tres últimos años, su madre la guio en la práctica de la conservación-restauración en su estudio particular.

Finalizada la licenciatura, regresó a Madrid para realizar el doctorado en la Complutense, que compaginó con la obtención del Certificado de Aptitud Pedagógica (CAP) en la misma Universidad y varios años de colaboración con el Departamento de Pintura (Pintura-Restauración) de la facultad de Bellas Artes, ayudando a su directora de tesis, la doctora y profesora titular Consuelo Dalmau, en las prácticas de la asignatura Conservación y Restauración de Obras de Arte II del 5º curso de la antigua licenciatura.

En aquella época también cooperó con el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), participando en proyectos del Área de Estudios Físicos promovidos por Araceli Gabaldón, físico y supervisora de la instalación radiactiva de esta institución, y Tomás Antelo, diplomado en Artes aplicadas y oficios artísticos y operador de la citada instalación. De este modo, Tamara profundizó en el conocimiento e interpretación de la técnica radiográfica (rX), la reflectografía infrarroja (IR) y la radiación ultravioleta (UV) aplicadas a obras de arte. Esto también dio origen a que fuera contratada para estudiar dos retablos castellanos del siglo XVI, uno atribuido al pintor Juan de Flandes y otro a su Escuela, así como a publicaciones derivadas de estas investigaciones. Igualmente, obtuvo una beca predoctoral de la facultad de Bellas Artes de la UCM para realizar las probetas de dibujo, pintura y materiales de restauración, que sirvieron de muestra de estudio para el proyecto VISPECTRAL (aplicación de la visión multiespectral, en el rango no visible del espectro, en obras de arte) del grupo de trabajo Técnicas ópticas de análisis aplicadas al Patrimonio, en el que participaron el IPCE, la UCM, la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y el MNCARS.

Ya concluido el doctorado, este último museo le encomendó estudiar el estado de conservación y la ejecución técnica de Guernica (Picasso, 1937). Posteriormente, trabajó durante varios años en el Instituto Moll, centro de investigación de titularidad privada, contribuyendo al estudio, documentación, conservación y difusión de su colección de pintura centrada en la escuela flamenca, sobre todo.

En paralelo a su participación en los proyectos mencionados y a las publicaciones derivadas de ellos, Tamara Alba ha continuado ampliando y actualizando su formación y conocimientos mediante la asistencia y aportación de investigaciones a cursos, seminarios y congresos de técnicas y materiales artísticos, investigación, conservación preventiva y curativa de obras de arte, organizados por instituciones como el IPCE, la UCM, el MNCARS, el Grupo Español del IIC, el Museo Nacional del Prado, el Centre for Art Technological Studies and Conservation (CATS) y la Asociación Española de Ensayos No Destructivos (AEND) en colaboración con la Italian Society for Non Destructive Testing (AIPnD).